Valentina Flores con su proyecto titulado “El centro en el cerro. La utopía del Centro Comunal y las villas cooperativas en la conurbación alta entre Valparaíso y Viña del Mar” se adjudicó un Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes. Asimismo, ella es gestora de la Biblioteca Comunitaria Villa Berlín del Cerro Placeres, junto a un equipo de personas ligadas a este sector.
09.05.2022
La ex alumna del Instituto de Historia PUCV, Valentina Flores, se adjudicó la iniciativa denominada “El centro en el cerro. La utopía del Centro Comunal y las villas cooperativas en la conurbación alta entre Valparaíso y Viña del Mar”, proyecto que cuenta con el apoyo del Fondo Nacional de Desarrollo Cultural y las Artes.
“Este proyecto se relaciona con los intereses de todas las personas que estamos participando. Son dos arquitectas, Milena Bustos y Sofía Vargas-Koch; un sociólogo candidato a doctor en Geografía, Carlos Vergara; y yo, profesora de Historia. En él tratamos de dilucidar la forma en que se buscó organizar el espacio desde el cooperativismo, entre Valparaíso y Viña del Mar, que es el lugar que congrega nuestra atención, tanto por el vínculo familiar con el espacio, como también por lo atractivo que puede ser para la historia de la arquitectura el desenterrar las utopías al momento de imaginar la ciudad que hoy habitamos”, informó la profesional.
Las villas cooperativas fueron pensadas, planificadas y construidas por una pareja de arquitectos, Eduardo Vargas y Cornelia Koch. Esta última continúa viva y guarda una memoria invaluable para muchas villas de acá cerca. Su hija, Sofía Vargas, es partícipe del proyecto también. “Observamos como problemática que muchas de las villas cooperativas han ignorado el origen común que las une. La Villa Perú, Villa Londres, Villa Berlín, Villa América, son parte de un complejo urbano de grandes dimensiones, que, en el proyecto, contaba con un centro comunal diseñado por el arquitecto Eduardo Vargas y el reconocido arquitecto y artista Max Bill. Desde Suiza, viaja a América Latina y, tras exponer en la Bienal de Arquitectura en São Paulo, diseña junto con Vargas esta utopía que encuentra en el cooperativismo su vía de construcción. Lamentablemente, la utopía se vio truncada por motivos que desarrollaremos en la investigación, pero da cuenta de principios fundamentales sobre los que se puede configurar la vida humana en sociedad”, explicó Flores.
Este proyecto busca tener un impacto en las personas que habitan el lugar, así como también en quienes se interesen por la historia de la ciudad. Parte importante de la investigación consiste en establecer contacto con los diferentes territorios y crear redes, para visualizar el vínculo que unió estos proyectos urbanos en su génesis. “Hemos tenido súper buena acogida por los vecinos de Villa Perú o Villa Londres, y esperamos fomentar diferentes espacios, que en primer lugar nos permitan levantar fuentes primarias, y, en consecuencia, refresquen los lazos entre nosotras y nosotros”, comentó la profesora.
Esta iniciativa tiene como objetivo la creación de un libro, que devele tanto aspectos teóricos, como narrativos y también visuales del estudio. Será un texto de historia de la arquitectura y, por lo tanto, los recursos visuales serán fundamentales. “La riqueza en cuanto a planimetrías y fotografías son elementos que nos gustaría poner en valor. Para diversificar los soportes de información, la investigación será plasmada también en una página web que Sofía Vargas administra hace un tiempo, se llama Mapavalpo. Todo esto debería salir en el mes de julio del 2023”, puntualizó la ex alumna.
Biblioteca Villa Berlín
Valentina Flores también es gestora de la Biblioteca Comunitaria Villa Berlín del Cerro Placeres, Valparaíso, junto a un equipo de personas ligadas a este sector. Este es un proyecto de recuperación de espacios de manera autogestionada, tras identificar que la biblioteca comunitaria de la Villa Berlín se encontraba inactiva y en un estado bastante mejorable. “Todos nosotros visitamos la biblioteca en sus años de mayor actividad. Realmente era una ayuda para la comunidad, las personas pedían libros y existía una mayor productividad de este espacio en torno a la cultura. Lamentablemente, esto se fue perdiendo. El fenómeno del individualismo y el declive de la vida de barrio provocaron que se fuera desaprovechando el uso de este lugar tan valioso”, comentó Valentina Flores.
Durante el 2019 y todo el 2021 su equipo de trabajo estuvo en proceso de inventariado, libro por libro, uno por uno, traspasando los datos a un listado en Excel y pegando etiquetas, con el asesoramiento de la Red de Bibliotecas Populares de Valparaíso, específicamente de la bibliotecóloga Paulina Vidal.
Esta biblioteca existe desde el año 1967, encontrando su periodo de mayor actividad en las décadas de los 70, 80 y 90. “Durante los últimos 20 años, su uso decayó, pero esperamos que todo el esfuerzo valga la pena. Reinauguramos el pasado 26 de marzo, con una tremenda convocatoria. Se nota que la gente le tiene cariño a la biblioteca, ya que hicimos un evento en el que queda claro que las ganas de habitar un espacio organizado en torno a la cultura despiertan mucha motivación entre las personas, sobre todo entre niñas y niños que son nuestro público más fiel”, indicó la ex alumna.
Lo último ha sido la reapertura de este espacio, y las personas, tanto de la Villa Berlín, como de los alrededores, pueden pedir libros y usar sus dependencias para estudiar, trabajar, reunirse en grupos de trabajo, ya que cuentan con mobiliario cómodo y prontamente incluso con acceso a internet.
La solicitud y uso de espacios en la biblioteca es libre durante los días lunes, miércoles y viernes, entre las 15:30 y las 18:30 horas, y están organizando abrir en más horarios durante la semana.
Este equipo de trabajo de la Biblioteca lo componen cinco coordinadores: La ex alumna del Instituto de Historia PUCV, María José Opazo; Richard Yévenes; Carlos Vergara; Álvaro Carrasco y Valentina Flores, todos vinculados familiarmente al espacio de la Villa Berlín.
“Nuestro mayor objetivo ahora es que los vecinos y vecinas conozcan este lugar, que sepan cómo funciona, lo quieran y lo respeten como nosotros y nosotras lo hemos hecho. En la medida que se cuente con este espacio para desarrollar actividades, creemos que la organización en torno a él se va a mantener activa”, concluyó la profesora.
Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia