Instituto de Historia PUCV inauguró tercera versión del Diplomado en Historia y Política Contemporánea

La guerra de Ucrania. Perspectiva histórica y efectos en el presente” se tituló la conferencia inaugural del Dr. Eduardo Araya, académico y director general del Observatorio de Historia y Política PUCV.

25.04.2022

“Las guerras sacan lo mejor y lo peor de las personas de manera simultánea. La guerra significa en muchos casos una expresión muy fuerte de patriotismo, solidaridad, heroísmo y valor, pero también tiene que ver con la destrucción de mucho patrimonio, que no es solamente material, sino que es la destrucción de buena parte de lo que son historias de vida. La invasión de Rusia a Ucrania este 2022 comenzó en febrero, no obstante, hay algunas situaciones de guerra en algunas regiones de este país que datan desde el año 2014. Es una violencia que se ha mantenido. En esta guerra se han desplazado 10 millones de ucranianos, en una sociedad que tiene aproximadamente 45 millones, de los cuáles 5 millones ya han salido del país. Es la misma cantidad de venezolanos que han emigrado de su país en los últimos siete años, pero en este caso estamos hablando de un fenómeno que se ha dado en un mes y medio”, informó el Dr. Eduardo Araya, académico del Instituto de Historia PUCV, en su conferencia inaugural.

El profesor dividió su exposición en cuatro partes: la primera trató acerca de la historia de la construcción de las identidades nacionales en Ucrania, y cómo esto define de manera muy significativa, particularmente en el caso de Rusia, una forma de insertarse en el sistema internacional. Hay una segunda parte que tiene que ver con la evolución de la política exterior rusa. Su tercer análisis abordó el desarrollo de la guerra y por último reflexionó sobre las consecuencias de este conflicto para Europa.

“Ucrania es un país grande en Europa que posee una posición muy estratégica. Es una suerte de gozne o bisagra, entre lo que históricamente ha sido Europa, y un espacio que a veces ha sido parte del viejo continente y otras de Rusia”, señaló Araya. Tiene frontera con varios países: Rusia, Bielorrusia, Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumania y Moldavia.

En su presentación, Araya planteó las siguientes interrogantes: ¿Finalmente qué es Rusia? ¿Es parte de Europa o no? Los europeístas dicen que Rusia tiene que ser de Europa y debe ser moderna. Otros indican que Rusia es una unidad cultural en sí distinta y opuesta a occidente. Rusia sigue siendo un Estado plurinacional que comprende 21 repúblicas de población no rusa que abarcan casi el 30% de su territorio.

“A lo largo de la historia de esta parte de Europa o esta zona fronteriza de Europa con Asia las fronteras han cambiado muchas veces, pero eso no necesariamente cambia las identidades nacionales”, destacó el académico.

Las primeras referencias en Europa occidental de una zona que se llama “Ucrania” datan recién del siglo XVII. “La historia de Ucrania en algún sentido es más antigua que la rusa. Se remonta a la ‘edad de oro’ con la fundación de Kiev, que fue el principal centro comercial de la zona. Ahora también en este lugar en el siglo XIV, en una buena parte de esta región, se consideraba un espacio fronterizo. Ucrania históricamente ha sido una tierra de frontera, en más de un sentido, no sólo porque hoy en día es una frontera entre una Europa occidental vinculada a la Unión Europea y a la OTAN y a otro espacio distinto que es Rusia”, precisó el profesor.

El académico mencionó que los orígenes de la crisis parten con la expansión de la Unión Europea, pero se vincula más bien en el caso de la percepción de Rusia como amenaza con el problema de la disolución del Pacto de Varsovia, que es lo que está en esta carta, y la correlativa expansión de la OTAN en un espacio que fue históricamente soviético. “Aquí hay que recordar que la gran preocupación de Stalin fue crear un cinturón defensivo. Entre los siglos XIX y XX, hubo dos grandes invasiones a Rusia, una de Napoleón y otra de Hitler, y eso es que lo que la expansión de la Unión Europea y de la OTAN desarticulan. Incluso está el problema de países que fueron parte del espacio soviético, como los países bálticos que también se incorporan a la OTAN entre 1990 y el 2009. Este dato es importante para entender lo que Putin argumenta como justificación de la intervención en Ucrania”, explicó Araya.

El profesor destacó que la parte más sensible de todas las pérdidas que para Rusia representan la disolución de la Unión Soviética es especialmente en el espacio de Bielorusia y Ucrania porque desde la perspectiva rusa y de Putin, hay una unidad cultural. “Los rusos se han referido históricamente a Ucrania como la pequeña Rusia”, comentó el profesor.

Los efectos de la guerra son diversos, pero especialmente impactan los de tipo económico y militar. Las sanciones económicas y sus efectos para Rusia, han afectado a la economía global. Asimismo, la principal dificultad para cortar la compra de gas ruso es la fuerte dependencia de algunos países de la UE, que importa el 38% de su gas de Rusia (Alemania 65%, Hungría y Bulgaria 95%) e Italia 43%. El gas y el petróleo fraccionan a los europeos.

Durante esta primera sesión del diplomado estuvieron presentes los doctores Ricardo Iglesias, director del Instituto de Historia PUCV, quien brindó un saludo de bienvenida a los nuevos alumnos/as del programa, y Raúl Burgos, coordinador académico de este diplomado.

 

Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia