La actividad se realizó vía Zoom y fue presidida por el director del Instituto, Dr. Ricardo Iglesias. Además, contó con una clase dictada por la Dra. Virginia Iommi.
28.10.2021
El Instituto de Historia PUCV presentó en una jornada el pasado viernes 22 de octubre sus carreras de “Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales” y “Licenciatura en Historia con mención en Ciencia Política”.
La actividad se realizó vía Zoom y fue presidida por el director del Instituto, Dr. Ricardo Iglesias. Además, contó con una clase dictada por la Dra. Virginia Iommi. Luego los/as estudiantes de diversos establecimientos educacionales sostuvieron un encuentro para aclarar sus dudas con Paula Soto, Jefa de Carrera Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales; Paulo Donoso, Jefe de Carrera Licenciatura en Historia con Mención en Ciencia Política y David Aceituno, jefe de docencia.
El director Ricardo Iglesias señaló que “nos complace que ustedes tengan interés por estudiar Historia. No hay ninguna estadística precisa de cuando hay interés por estudiar determinadas carreras, pero desde el origen de las universidades, ellas partieron con el estudio de las humanidades, la filosofía, la teología, después se ocuparon de la historia. Hay que cumplir dos condiciones para estudiar historia: leer y escribir. Para estudiar parte del pasado, además se requiere tener curiosidad y andar buscando información”, agregó.
La jefa de la carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Paula Soto, recordó que en el Instituto no sólo se enseña historia, sino que también se hace historia. Ese trabajo se va haciendo revisando fuentes históricas en la biblioteca y recurriendo a textos antiguos.
El oficio del historiador
Por su parte, Virginia Iommi efectuó la ponencia titulada “El oficio del historiador” donde señaló que como investigadora se dedica a la historia de la ciencia moderna desde el siglo XVI al XVIII. “Estudio textos sobre astronomía, publicados en este periodo que es muy importante en la historia de la ciencia, pues en el siglo XVI se publica el libro de Nicolás Copérnico, a partir de eso se van generando una serie de transformaciones en el pensamiento científico. Me interesó saber qué pasaba con el saber astronómico en Chile, en ese mismo periodo”, indicó.
La Dra. Iommi recordó que trató de averiguar qué pasaba en Chile en ese periodo, sin definir un problema todavía. “Lo primero fue ver qué se ha escrito sobre este tema. Encontré cierto material, por ejemplo, algunas crónicas de ciertas observaciones celestes, fenómenos que se podían apreciar en el cielo. Estas no eran descripciones astronómicas, sino que de observadores que hacían interpretaciones religiosas. Había material disponible y escritas por autores españoles”, precisó.
La historiadora revisó la actividad realizada por un jesuita italiano en Chile, que llegó a mediados del siglo XVII, Nicolás Mascardi, el personaje más importante en la historia de la astronomía colonial, pues viajó desde Europa con ciertos instrumentos astronómicos, realizó observaciones y mediaciones, luego mandó la información a su profesor en Europa. En términos de una astronomía profesional, este es el caso más recurrente en la bibliografía.
“Encontré que se enseñaba una astronomía teórica, muy rudimentaria, sin propósito de formar astrónomos. Era una formación general para que los que estudiaban supieran los fundamentos básicos de la concepción del universo. En esta primera investigación encontré dos textos que habían sido escritos en Chile que abordaban temáticas astronómicas: “Compendio historial del descubrimiento, conquista y guerra del reyno de Chile” (1630) de Melchor Xufré del Águila y “Noticia general de las cosas del mundo por el orden de su colocación” de Sebastián Díaz (1783)”, complementó.
Con este estudio inicial, la académica se propuso cómo profundizar en lo que sabíamos de la astronomía en este país y en este periodo, considerando que el saber astronómico en Chile colonial se hacía con libros. Los que escribían de astronomía eran lectores que contaban lo que habían leído.
“En el periodo colonial había dos bibliotecas que eran importantes: la de los jesuitas y la de los dominicos. Esta última se mantiene hasta el día de hoy. Se conservan allí muchos libros que se usaban en los siglos XVII y XVIII. Ahora se llama la Biblioteca Recoleta Dominica. Indagué también en la colección de los jesuitas en la Biblioteca Nacional”, concluyó la investigadora.
Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia