“Inclusión de la Historia de los niños y niñas en la enseñanza de la Dictadura militar chilena (1973-1989) para potenciar la formación histórica y ciudadana de los estudiantes”, se tituló la tesis de Javiera Núñez Tobar para optar al Grado de Licenciada en Educación y al Título de Profesora de Historia, Geografía y Ciencias Sociales.
14.05.2020
“Partí de la idea de que los niños tienen una historia, pero poco es lo que conocemos de ella. Si bien el fenómeno de la historia de los niños ha ido tomando fuerza desde mediados del siglo pasado, ha sido prácticamente ignorada en la historia escolar. Este vacío es el que exploré en la investigación, con el problema de que la enseñanza escolar mantiene narrativas tradicionales, con enfoques predominantemente políticos y económicos, y contenidos adultocéntricos, marginando y subordinando el rol de los niños al desconocer su condición de sujetos históricos y sociales”, informó Javiera Núñez sobre su investigación.
Ella rindió su examen de grado en modalidad online el pasado viernes 8 de mayo, siendo el profesor guía de su tesis, el doctor David Aceituno, académico del Instituto de Historia PUCV. Asimismo, la comisión del examen estuvo compuesta por Ricardo Iglesias, director del Instituto de Historia PUCV, y Paula Soto, jefa de carrera de Pedagogía en Historia, Geografía y Ciencias Sociales PUCV.
En su trabajo Javiera Núñez señala que los sucesos históricos, sobre todo los conflictos, las guerras, las revoluciones o las dictaduras, afectan a la sociedad en su totalidad.
“La Dictadura militar chilena – inaugurada con el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, y que se extendió hasta 1989 – no fue la excepción, pues el quiebre de la democracia y supresión del Estado de derecho trastocó también la vida cotidiana de los niños contemporáneos a aquel régimen, y ellos debiesen poder ser reconocidos como protagonistas, pensantes y sintientes, de sus propias experiencias”, expresó.
Lo anterior es “problemático” por varias razones. Primero ella sostiene “porque se mantiene una deuda respecto a la reivindicación de sujetos y voces tradicionalmente subalternas en la historia, cuestión que podría hacerla más inclusiva en la construcción de la sociedad e historia de la nación. Pero más que nada el problema es que la exclusión de las aulas de la historia de los niños es una oportunidad perdida, tanto para la formación histórica como para la formación de ciudadanos participantes en democracia”. La motivación, procesos de empatía histórica o aprendizaje significativo se ven facilitados si los alumnos estudian a personas como ellos, aún en su vida cotidiana.
Resultados de la Investigación
Respecto a los resultados y conclusiones de la tesis Javiera Núñez comenzó por el análisis curricular. En un primer momento revisó la presencia de los niños como sujetos históricos en los programas de estudio de nuestra asignatura, desde 5° año básico hasta 2° año medio, llegando a la conclusión de que el currículo es marcadamente adultocéntrico, existiendo una exclusión general de la infancia, siendo la presencia de los niños marginal, y su calidad no es protagónica. Esto pues, ya que los objetivos de aprendizaje no incluyen a los niños y su particular historia, los indicadores de evaluación sólo raramente, y la mayoría de las veces la presencia está en las actividades sugeridas, que – como indica su nombre – son recomendaciones que pueden ser modificadas e ignoradas por los docentes. Se advirtió además que el rol que toman los niños es anecdótico – breve y poco relevante – y subsidiario – papel secundario, probatorio de ciertas cuestiones históricas o supeditadas a otros sujetos protagónicos –, sólo mínimamente protagonista, donde incluso si toman una posición central, es en forma de sujetos de protección y en calidad de víctimas, con experiencias poco diversas, y siendo estudiados por fuentes producidas por terceros adultos e institucionales. Con ello se pudo inferir que las autoridades – educativas, gubernamentales – no sancionan como válida la enseñanza de la historia de los niños en relación a los objetivos que la sociedad requiere de los estudiantes, lo que conlleva al desaprovechamiento de todas sus potencialidades.
Con el panorama curricular claro, su estudio pasó a la selección de fuentes para la creación de una propuesta didáctica, que abordara el estudio de los niños y su historia.
“Es posible – en el pasado histórico, y la escolaridad presente – posicionar a los niños como protagonistas y no componentes secundarios de otros; es posible reconocer sus propias interpretaciones sobre sus problemas, necesidades, resistencias e identidades; es posible gestar los espacios para que generen y socialicen sus auténticas ideas; es posible promover modos de participación en la sociedad frente a los problemas que les afectan”, concluyó Javiera Núñez.
Natalia Cabrera Vásquez
Instituto de Historia