Experiencias en el Doctorado en Historia PUCV: Desafíos y aprendizajes

El Doctorado en Historia impartido por el Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso es reconocido por su excelencia académica y exigencia, proporcionando a sus estudiantes una sólida formación teórica y metodológica.

En esta oportunidad, dos egresados del programa, Igor Lepe y Nelson Aracena Riquelme, compartieron sus experiencias y reflexiones sobre su paso por este desafiante proceso académico.

 

Elección del programa

 

 

Para Igor Lepe, sociólogo y Doctor en Historia, una de las razones claves para elegir este doctorado fue su experiencia previa en el Magíster en Historia PUCV, lo que le permitió conocer en profundidad la calidad y dedicación de los profesores. Además, destacó los vínculos internacionales que el programa fomenta y el apoyo institucional en diversas áreas, incluyendo becas y pasantías.

 

 

 

Por su parte, Nelson Aracena, profesor de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Valparaíso y Doctor en Historia PUCV, valoró la reputación nacional e internacional del programa y la posibilidad de acceder a una formación interdisciplinaria fuera de Santiago. Destacó la influencia del profesor Eduardo Cavieres Figueroa en su decisión, resaltando su rol fundamental en la investigación y la formación de historiadores.

 

Experiencia durante el Doctorado

Ambos entrevistados coincidieron en que el doctorado fue un proceso desafiante, pero enriquecedor. Igor Lepe ingresó en pandemia, lo que supuso dificultades en el acceso a archivos y movilidad. Sin embargo, destacó el ambiente de motivación generado por sus compañeros y profesores.

Nelson Aracena se refirió crecimiento intelectual que experimentó, enfrentándose a nuevas áreas de conocimiento y desafiando sus propias ideas. Subrayó la importancia de la interacción con profesores y compañeros, lo que permitió generar un espacio de discusión académica estimulante.

Desafíos y logros

Entre los principales desafíos, Lepe recordó una conversación clave con un profesor que le impulsó a explorar cruces metodológicos, lo que posteriormente lo llevó a desarrollar su investigación posdoctoral en Berlín. Para Aracena, el mayor reto fue abordar la historiografía desde una perspectiva no convencional, lo que implicó un trabajo profundo con las fuentes y un constante cuestionamiento teórico.

En el plano personal, Aracena mencionó la compleja conciliación entre la vida académica y familiar, especialmente tras el nacimiento de su hijo y la experiencia de una estancia de investigación en Oxford. Subrayó que el apoyo de su familia fue esencial para completar el proceso con éxito.

Consejos para futuros doctorandos

Ambos egresados ofrecieron valiosas recomendaciones para quienes estén interesados en cursar el Doctorado en Historia de la PUCV. Lepe enfatizó la exigencia del programa, pero también el enriquecimiento académico y profesional que implica. Aconsejó confiar en la propia inspiración y estar dispuestos a superar los desafíos.

Aracena, por su parte, destacó que el doctorado es un proceso de transformación tanto intelectual como personal. Recomendó tener claridad en los intereses de investigación, pero al mismo tiempo estar abiertos a reformular ideas y caminos. Asimismo, enfatizó en la importancia de construir redes de apoyo académicas y personales para afrontar los desafíos con mayor fortaleza.

El testimonio de estos egresados evidencia que el Doctorado en Historia de la PUCV es una experiencia desafiante pero altamente gratificante, que impulsa a los investigadores a alcanzar nuevos horizontes académicos y profesionales.